18 noviembre, 2008

Hay cosas que nunca voy a entender

Hay cosas que nunca voy a entender, por ejemplo ¿Cuál es la definición correcta para el tan vilipendiado concepto "falta de respeto"? ¿En qué momento los profesores nos arrojamos el derecho de definición unilateral y consuetudinario? Obvio, no vaya a ser cosa que necesitemos alterar la definición a último minuto, como tantas otras cosas que alteramos sin asco.

El otro día un profesor joven (para más remate) emitía, cual dios del Olimpo, tajante su nuevo descubrimiento: "A esta niñita la anoté por estar durmiendo en clases y eso es, como todos sabemos, una falta de respeto".

Perdón, pero ¿en qué parte me perdí? Un bostezo es un reflejo y como tal, imposible de controlar ¿o es que el día de mañana vamos a considerar una falta de respeto cagar, mear o llorar? La niña en cuestión es una alumna de excelente promedio, que por este tipo de anotaciones se quedará sin graduación por orden de la santa inquisición del Liceo. ¿No se le ocurrió plantearse al profesor que tal vez, y digo solo tal vez, su clase era enferma de fome, o que quizás, y digo quizás, la niña tiene problemas más urgentes que existir solo para faltarle el respeto a él, que le impiden tener un sueño normal?

Suma y sigue. El otro día una profesora decía que las niñas del liceo eran flaites porque se ponían en el poleron que hacen para finalizar su enseñanza media, su sobrenombre y no su nombre y apellido, como seguramente lo hacían las niñas del barrio alto… Por supuesto, la decencia va en el apellido, los romanos tenían razón, la ignominia es lo peor, no importa la droga dura que por ser cara, solo afecta a estos sectores de clase alta, ni toda cosa que se pueda ocultar entre las 4 paredes de algun colegio de elite, porque al parecer, solo los pobres son noticia cuando se trata de hacer portada de una desgracia... Una de las profesoras jóvenes remató la frase diciendo que debían dejarlas a todas sin graduación. Dios mío, ¿en qué momento el sadismo se convirtió en un atributo casi monopólico del sector docente? ¿En qué universidad aprendieron a discriminar de forma tan eficiente? ¿En el ramo de humillación? ¿De abuso de poder? ¿O de manipulación asistida?.

Ya no quiero ser más docente, quiero dejar de tratar de hablar con las paredes, no quiero seguir sintiendo esta verguenza que me produce pertenecer a uno de los gremios más indecentes de la historia. Y claro, la exepcion hace la regla, aunque aveces buscarla, sea como buscar una aguja en un pajar.

06 noviembre, 2008


A veces me pregunto hasta qué punto es cierto que soy una cuerda deambulando en un mundo de locos. ¿Lo contrario no es lo mismo? Hay cosas que se me figuran insólitas, pero solo parecen serlo para mí. ¿No es así el mundo de los locos?