07 octubre, 2007

Pericles, el Hombre de Aspacia

Creo que es un muy difícil no apasionarse cuando el oficio de uno es narrar la Historia. Es como si nos pidieran que todos los recuerdos los atesoráramos de la misma forma. También es cierto que ningún recuerdo, por basto y emocionante que sea, puede opacar tanto a los otros como para hacerlos desaparecer o perder su brillo, pero ¡que va!, somos juglares y eso, de vez en cuando, hay que festejarlo.

Por eso, me es difícil no ser absolutamente subjetiva al tratarse de Pericles, no por eso del genio político que fue, que llevó a Atenas a su esplendor, ni por ganarle a los Persas. Me gusta Pericles por simplemente haber sido Pericles.

Se casó con una Puta, y digo puta con mayúscula, sin disfrazar la fuerza de la palabra llamándola pomposamente cortesana, meretriz, o como se conocían en la época las prostitutas de lujo: Hetairas. Pero ese no era el mayor pecado de Aspacia: su reputación estaba socialmente marcada por haber sido discípula de Sócrates (la única mujer que ostentó esa categoría), ser extranjera (de Mileto) y organizar, en la casa que compartían con Pericles, “indecentes” tertulias literarias y artísticas con amigos como Fidias, Anaxágoras, Zenón. Su hogar se convirtió en un lugar de reunión para los hombres cultos y distinguidos de Atenas. Ejerció, al parecer, una considerable influencia sobre Pericles y fue acusada por algunos historiadores de ser responsable de la rebelión de Samos (440 a.C.) contra Atenas y de la guerra del Peloponeso (431-404 a.C.).

Las palabras tiradas al voleo, mal intencionadamente, traspasan todos los tiempos. Con lo despreciativo que eran los griegos con las mujeres, estarían indicando como la causa de dos de sus más importantes guerras, el amor de dos hombres por la belleza e inteligencia de dos mujeres: Helena y Aspacia. Agradezcamos entonces el cumplido.

"Nadie podía renegar de la inteligencia y manejo político de Aspacia. Donde quiera que adquiriese esta formación, lo que es innegable es su condición de experta en retórica, tanto como logógrafa (1), como en lo concerniente a su faceta pedagógica. Por su extrema pericia en este arte, por su capacidad para rodearse de los más ilustres y reconocidos intelectuales de su época y por contribuir de forma activa al florecimiento de la vida cultural en Atenas, consiguió la admiración y el respeto de filósofos, artistas e ilustres demócratas. Pero también por su condición de extranjera, por su supuesta influencia sobre Pericles y por llevar una vida de mujer libre e independiente, impropia de una esposa ateniense, fue atacada, ridiculizada y vilipendiada por los conservadores y por los cómicos, entre los que cabría destacar a Aristófanes en su obra Acarnienses y al poeta Hermipo que fue acusador en el proceso seguido contra Aspacia por impiedad. Se cuenta que Pericles suplicó derramando lágrimas ante el tribunal para pedir la absolución de su esposa". (WP)

De ahí mi imparcialidad con un personaje como Pericles. En una época marcada de prejuicios hacia las mujeres, él se enamoró de la más repudiada. Él más grande gobernador de todos los tiempos, llevó una vida que para la época era un escándalo: no recluyó a su esposa al Gineseo, sino que la acompañó en la realización de banquetes que tenían por invitados a hombres con sus esposas, (práctica poco habitual para la época).

Herodoto, el padre de la Historia; Fidias, el arquitecto y escultor del Partenón; Protágoras el filósofo ("El hombre es la medida de todas las cosas"), y hasta el mismo Sócrates, se amanecieron en largas y trasnochadas jornadas de conversaciones en su casa.

Lamentablemente, su historia ha sido relatada por la visión misógina de los enemigos políticos de Pericles. Poco se sabe de otras mujeres célebres de la época, la historiografia tambien ha sido bastante misógina. Pero lo más asombroso sigue siendo para mi Pericles, él es la verdadera excepción para la época.

La mayoría de sus amigos fueron acusados de impiedad (negación de los dioses) y duramente perseguidos tras su muerte. Al morir Pericles, lo que fue la cultura clásica murió con él. Grecia se desangraría tras la guerra del Peloponeso y nunca volvería a brillar como en el siglo V. El siglo de oro de Pericles.


(1) Los logógrafos (del griego λογογράφος, logographos, compuesto de λόγος, logos, que aquí significa historia o prosa, y γράφω, grapho, escritura) eran los historiadores y cronistas griegos anteriores a Herodoto (considerado el padre de la historia). Éste llamaba a sus predecesores λογοποιόι (logopoioi, de ποιέω, poieo, hacer). Tucídides aplicó el término logógrafo a todos los que le precedieron, incluyendo al propio Herodoto

3 Comments:

Anónimo said...

Lástima que fuera gay.

Anónimo said...

¡Y dale!. No, no era¡¡¡

Aspacia

Anónimo said...

más lástima es.... q AspaCia se escribe.. AspaSia , si es que te refieres a AspaSia de Mileto...